La Catedral Metropolitana de San Sebastián, en Rio de Janeiro, es obra del arquitecto Edgar de Oliveira. El edificio sirve de recinto al santo patrón de Rio que desde 1676 ha estado representado en la ciudad a través de iglesias de menor valor arquitectónico ubicadas en diferentes sitios de la metrópolis. No fue hasta el siglo XX, en 1964, que se decidió dedicarle un terreno en el actual espacio donde hoy se erige la catedral.
La bizarra forma de la Catedral Metropolitana atrapa la atención del visitante del centro de Rio de Janeiro. Inspirada en las pirámides de Yucatán, pero con estructura cónica, diríase que asistimos a una representación futurista de las conocidas construcciones de la cultura Maya. La catedral fue inaugurada en 1976, cuando aún estaba sin terminar. Su estilo modernista se ve reforzado por el acabado brutalista, recurso muy explotado por los arquitectos de esta corriente. Si bien su exterior resulta sorprendente, es en la parte interior donde se devela todo el esplendor de esta estructura patrimonial de carácter religioso.
El edificio de la Catedral de San Sebastián mide 300 pies de altura. Tiene capacidad para 20 000 personas. No posee columnas de soporte, siendo esto una inusual solución arquitectónica en este tipo de construcciones. Sin duda, los detalles más singulares y de mayor belleza son sus cuatro ventanales que van del suelo al techo donde se entrecruzan en la parte trunca del cono, formando una lucerna transparente que deja entrever el cielo.
Los ventanales ostentan vitrales con escenas bíblicas que dejan pasar la claridad coloreando el interior con la intensidad de la luz del día. Este recurso de apuntar hacia las alturas acentúa el carácter sacro del edificio, recurso que tuvo su apogeo en el arte gótico. Sin embargo, el tratamiento temático del cristianismo, en este caso abordado desde una perspectiva modernista, da un resultado de factura exquisita.
El portón está decorado con 48 placas de bronce que presentan bajo relieves con el tema de la fe.
El sótano de la Catedral Metropolitana de Rio de Janeiro alberga el Museo de arte sacro. Dentro de su colección destacan artefactos utilizados en la liturgia bautismal de miembros de la familia real, el trono de Don Pedro II, una estatua de Nuestra Señora del Rosario y la Rosa dorada que fuera entregada por el Papa Leo XIII a la princesa Isabel para subrayar la firma de la Lei Áurea (acta de abolición de la esclavitud).
No obstante, la Catedral Metropolitana de San Sebastián, a pesar de abrigar una historia que se remonta en el tiempo a la época imperial, ha sabido poner en práctica recursos de difusión para crearse un lugar en el corazón de los fieles en la sociedad de hoy. Por eso transmiten por FM y, con el objetivo de ayudar a su financiamiento, comercializan souvenirs y libros, como la mayor parte de las instituciones culturales y religiosas en nuestros días.
Radio Catedral, transmitiendo en FM 106,7. Catedral Metropolitana de San Sebastián , Rio de Janeiro. © Chez Isabella 2009.
Reflejo de la Catedral Metropolitana de San Sebastián en el edificio que queda frente a su entrada principal, Rio de Janeiro. © Chez Isabella 2009.
Salimos de ella contemplando el conjunto del edificio y su campanario externo, también de forma cónica. Nuestra vista se pasea de derecha a izquierda. A la siniestra, el Cristo redentor se yergue a lo lejos, con sus brazos siempre abiertos custodiando a la ciudad de Rio de Janeiro desde las alturas. Y como en una metáfora cruel del aquí y el ahora, a la diestra nos encontramos con la metálica y moderna estructura de Petrobras.
Sede de Petrobras, Rio de Janeiro. © Chez Isabella 2009.