El Rev. Ricardo Santiago Medin Salabarría junto a sus hijas, las gemelas Samantha de la Caridad y Samyra de la Caridad Medina Martín, en el paseo del Prado, La Habana, Cuba. Foto: Katia Sonia Martín Veliz.
Hoy me llega una peculiar denuncia sobre la represión contra las Damas de Blanco en La Habana. Ya sé, pensarán "eso no es noticia". Sin embargo, hay algo novedoso en esta información que evidencia que los sicarios cubanos están perdiendo los estribos. (Normal dirán algunos, tras el violento fin por ajusticiamiento popular de uno de sus principales secuaces en el mundo árabe: el Gadhafi).
Hoy me llega una peculiar denuncia sobre la represión contra las Damas de Blanco en La Habana. Ya sé, pensarán "eso no es noticia". Sin embargo, hay algo novedoso en esta información que evidencia que los sicarios cubanos están perdiendo los estribos. (Normal dirán algunos, tras el violento fin por ajusticiamiento popular de uno de sus principales secuaces en el mundo árabe: el Gadhafi).
He aquí un ejemplo del recrudecimieto de la brutalidad policial en estos días en nuestra Cuba. En la mañana de hoy la seguridad del estado intentó arrestar violentamente a la bloguera y activista Katia Sonia Martín Véliz —miembro de las Damas de Blanco y de la junta directiva del Partido Cuba Independiente y Democrática (CID)—.
Como cada domingo, Katia Sonia se preparaba para asistir a la misa en la iglesia de Santa Rita junto a sus colegas de las Damas de Blanco y Apoyo. Pero hoy Katia iba acompañada de sus dos pequeñas hijas, las gemelas Samantha de la Caridad y Samyra de la Caridad Medina Martín.
Grande fue su sorpesa al salir a la calle cuando agentes de la policía política se le abalanzaron encima e intentaron arrestarla violentamente sin tener en cuenta la presencia de las dos niñas que aterrorizadas gritaban y lloraban para que no le hicieran daño a su madre.
Supongo que el escándalo de las dos criaturas logró ahuyentar a los esbirros. Felizmente, Katia logró llegar a Santa Rita desde donde hizo su denuncia.
Supongo que el escándalo de las dos criaturas logró ahuyentar a los esbirros. Felizmente, Katia logró llegar a Santa Rita desde donde hizo su denuncia.
Acoso policial, imagen que muestra un día cualquiera en los alrededores de la vivienda de los activistas Katia Sonia Martín Véliz y su esposo Ricardo Santiago Medina Salabarría, miembros de la directiva del CID. Esta foto fue tomada por Katia el 13 de agosto de 2010.
Me gustaría que alguien me explicase ¿cuál es el crimen que comete esta madre por querer ir un domingo a la iglesia con sus dos hijas menores? ¿Cómo delinque para que la policía se sienta con el derecho de impedirle salir a la calle? ¿De qué están hechos estos hombres que no miden las consecuencias de apresar a esta mujer violentamente delante de sus dos hijas? ¿Por qué tiene esta familia que vivir bajo acoso policial constantemente?
Me gustaría que alguien me explicase ¿cuál es el crimen que comete esta madre por querer ir un domingo a la iglesia con sus dos hijas menores? ¿Cómo delinque para que la policía se sienta con el derecho de impedirle salir a la calle? ¿De qué están hechos estos hombres que no miden las consecuencias de apresar a esta mujer violentamente delante de sus dos hijas? ¿Por qué tiene esta familia que vivir bajo acoso policial constantemente?
La violencia deja secuelas graves. Y para mí lo que está cometiendo el gobierno de Cuba contra las Damas de Blanco y Apoyo —y ahora también contra estas niñas— es violencia de género. Poco importa cuán impotente se sientan. Esos ataques no se justifican de ninguna manera y constituyen un ultraje a la dignidad humana.
No es la primera vez que el estado cubano intenta doblegar a la activista y su esposo, el Rev. Ricardo Santiago Medina Salabarría, ex prisionero político y también miembro de la directiva del CID en Cuba —quien recientemente publicara un conmovedor testimonio sobre el funeral de la líder de las Damas de Blanco Laura Pollán Toledo—, utilizando como pieza de cambio a sus hijas menores de edad.
La bloguera y activista Katia Sonia Martín Veliz junto a su esposo el Rev. Ricardo Santiago Medina Salabarría, ex prisionero político cubano, posando para sus hijas en el habanero paseo del Prado.
El chantaje y la coacción son dos de las armas predilectas de las dictaduras. A pesar del mensaje de bondad con que envuelven su discurso para el resto del mundo, en la práctica interna ellos no se detienen ante nada, ni siquiera la familio o los niños.
En nuestras manos está seguir protegiendo a estos opositores.
Nuestras herramientas son simples. Por favor, háganse eco de este mensaje. Denuncien la violación de las libertades más elementales en la Cuba de hoy a través de sus redes sociales.
No callen porque quien silencia un abuso o pretende ignorarlo girando la cara hacia otro lado también es cómplice.
Por favor, SOLIDARIDAD Y APOYO CON ESTE MATRIMONIO DE VALIENTES CUBANOS.
ResponderEliminarDENUNCIAR POR TODOS LOS MEDIOS POSIBLES LA CONSTANTE AMENAZA, QUE SE CIERNE SOBRE ELLOS, TRAS LO RELACIONADO CON LA MUERTE DE LAURA POLLAN.
Alfredo de Jesus Viso.
Gracias por su solidaridad y por pasar la voz, Alfredo. Saludos.
ResponderEliminarHola Isbel. Ya estoy tirando la denuncia para todos lados. Aurora
ResponderEliminar¡Gracias! He visto que varios lo enlazaron y twittearon. ¡Eso, a pasar la voz! Saludos.
ResponderEliminarPalabra por palabra es absoluta verdad. Con cubanos como la que denuncia y el matrimonio de Katia y Ricardo quien no tenga fe en el pueblo de Cuba debia recapacitar. La casi totalidad de la juventud cubana rechaza el regimen y esta pareja es un ejemplo de esa juventud
ResponderEliminarHola Huber, gracias por la visita y el comentario. Así es, con activistas como Katia y Ricardo se puede tener fe en que las cosas cambiarán en Cuba. Ellos son gente de pueblo y realizan un gran trabajo necesario en la isla. Conocen el dolor y la miseria de las personas que viven en la Cuba oculta, esa que no sale en ningún catálogo turístico. Ojalá su civismo y coraje fueran contagiosos porque es lo que necesitamos, que haya muchos más como ellos. Saludos a todos.
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