jueves, 18 de noviembre de 2010

Visa para un sueño (I)

Nota:  desde que regresé de Chile he tenido algunos problemas que me han impedido subir a tiempo todo el material relacionado con mis vivencias durante el viaje. Lo iré subiendo de forma progresiva en entradas de noviembre. 

Quiero empezar con estos dos post sobre la experiencia de atravesar el territorio norteamericano siendo cubano. Como se verá más adelante, en parte, están relacionados con algo que me ocurrió hace unos días, durante mi viaje de ida hacia Santiago. Espero les resulte útil.


 Fuente: Google Images

Lo que no debe olvidar al pasar la frontera con EEUU

Cierta vez, en uno de mis viajes a La Florida –cuando aún utilizaba mi pasaporte cubano sellado con una flamante visa norteamericana válida por varios años–, un distraído oficial de inmigración en el aeropuerto de Fort Lauderdale olvidó indicarme que antes de salir del país debía dirigirme a la oficina de NSEERS (Special Registration Procedures).

Como lo indica su nombre en inglés, se trata de un control especial al que debemos someternos todos los cubanos, entre otros raros especímenes de nuestro globalizado mundo, al entrar y salir a EEUU.

De resultas, meses más tarde cuando regresé a los Estados Unidos con el fin de pasar unas vacaciones en compañía de mis hijas, se formó tremenda barahúnda en una de las oficinas de control de frontera terrestre. Simplemente, las computadoras no habían registrado mi salida de aquel país. El caso se complicaba porque para aquel entonces, yo ya era ciudadana canadiense.


 Fuente: Google Images

Los oficiales norteamericanos estaban mareados. Me observaban con suspicacia y se rehusaban a creer que yo no quería acogerme a los beneficios de los que gozan mis coterráneos allí. Así, de forma alusiva al principio y ya por último bien directa, durante el largo interrogatorio me preguntaban si lo que quería era el refugio político para posteriormente acogerme a la conocida Ley de ajuste cubano. Pues, según sus informaciones - ¡y para colmo, así lo confirmaban mis documentos!-, yo llevaba más de cinco meses dentro de EEUU.

Lo que yo no sabía por aquel entonces es que los vuelos entre EEUU y Canadá son considerados como vuelos domésticos. Al parecer, la persona que debió haberme hecho pasar ese control, viendo que yo residía en Canadá, olvidó enviarme a las oficinas de NSEERS para que me sellaran la salida en mi pasaporte. No creo que lo haya hecho de forma intencional. Prefiero pensar que no tenía mucha experiencia o simplemente, cometió un error.

  
Fuente: Google Images

Finalmente, los oficiales terminaron por comprender que algún colega había hecho mal su trabajo. Al comprobar que viajaba a EEUU con frecuencia -y en ocasiones por mis estudios-, se excusaron y me dieron todas las explicaciones pertinentes. Fue un gesto que aprecié sobremanera. Considero que fueron generosos, pues bien podían haberme devuelto a casa junto con toda mi comitiva por donde mismo llegué. 

En todo caso, comparados a los prepotentes oficiales de las oficinas de inmigración de mi país de origen, los del control de frontera Canadá-EEUU fueron unos caballeros.

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