Pasando por el blog de Tersites descubro que fue al concierto de Carlos Varela en "los Niuyoles". No es primera vez que hago referencia a este blogger en mi espacio. Por tanto, ya saben que me gusta su forma de decir.
Aprovecho para reproducir aquí algunos fragmentos de su texto. Creo que el mismo resume muy bien lo que sentimos buena parte de nosotros hoy en día, cuando miramos hacia atrás buscando a aquel Carlos Varela de las noches del cine 23 y 12.
Aquí algunos fragmentos del testimonio de Tersites sobre aquella noche en NY:
(...)
MD salió a fumarse un cigarrillo y al regresar me dijo: "Me encontré con Rubén Blades". (...) Unos minutos más tarde, Carlos Varela lo llamó al escenario. Le dijo que fuera de una vez a la La Habana. Rubén, como disculpándose, le dijo: "Iré... a una Cuba libre". "Viva Cuba libre", gritó Varela al final de una canción, y los cubiches del público —inmensa mayoría— repitieron el grito.
Fotos: ©Tersites, mayo 2010
La gente coreó "Memorias del subdesarrollo", "Como los peces" —que Varela dedicó a los balseros—, "Habáname" y "La polítia no cabe en la azucarera" —con improvisaciones de Rubén Blades. Cuando comenzó a cantar "Retrato de familia", sin embargo, se hizo un silencio sepulcral (...).
Fotos: ©Tersites, mayo 2010
Carlos Varela, para los cubanos que andamos por la cuarentena, es el tipo que comparte nuestro escepticismo. Uno supone que la generación anterior —la de Silvio y Pablo y todos los demás—, alguna vez se creyó la revolución cubana. Pero Carlos Varela tenía 16 años, como tantos de nosotros, cuando se organizaron las turbas fascistas del Mariel. Si no es tonto —y no lo es— sabrá bien que los cubanos hemos vivido una gigantesca y perversa idiotez.
Fotos: ©Tersites, mayo 2010
Para los que nos tocó esa experiencia, no importan mucho los malabarismos que Varela hace, como casi todo el mundo, con la verdad. Para nosotros es evidente que habla sabiendo "lo que hay". Y sus canciones revelan ese conocimiento. Es curioso que el público presente no hizo mucho caso a su petición de "un minuto de silencio" por los balseros muertos —que no sonó muy sincera—, ni a su grito de "Viva Cuba libre", pero aplaudió rabiosamente cuando cantó su conocido juicio final sobre esa revolución "que no sirvió de nada, de nada, de nada, o casi nada, que no es lo mismo pero es igual". Uno le cree a Carlos Varela cuando canta eso. Y coreando esas cabronas verdades se nos fue la noche. Gracias, gnomo.
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