miércoles, 20 de enero de 2010

Balance de la primera quincena de 2010 (II)

Los acontecimientos internacionales acapararon la atención de todo el planeta  el 12 de enero, cuando la capital de Haití colapsó bajo la furia de un sismo. Las imágenes  y noticias no cesan de darle la vuelta al orbe. Todavía es imposible evaluar la verdadera envergadura de esta catástrofe natural. El hecho ha movilizado a numerosas naciones. Todos se sienten concernidos, principalmente las personas que poseen una situación financiera holgada y pueden movilizar multitudes gracias a la simpatía que despiertan. Así, numerosas estrellas se han sumado a esta causa humanitaria.



Una foto que muestra el estado de algunos edificios en Haití tras el impacto del sismo. Foto tomada de Internet. 


A pesar de que la ayuda está siendo recibida de forma regular, en Haití reina el caos debido a la falta de agua, alimentos y otras condiciones elementales para la supervivencia. Esto hace que el suministro se dificulte por  la desesperación de la población que se encuentra desamparada en las calles. En estas condiciones, la ayuda militar se torna indispensable para lograr mantener el orden.


Niños en las calles de Puerto Príncipe. Foto: Infobae Tiemposur.

Ante la imposibilidad de una pronta recuperación, Canadá ha anunciado que acelerará el proceso de reunificación y reclamo de familiares para aquellos haitianos que quieran hacer venir a sus parientes a este país. Sin embargo, los desesperados miembros de la comunidad haitiana hacen fila delante de las oficinas migratorias. Muchos se quejan pues encuentran que los trámites no han cambiado demasiado y lo que es peor, el plazo de espera no se ha reducido.

Pero, si bien la tragedia de Haití nos matiene en vilo, parece que nuestra isla, siempre "solidaria", no se ha podido quedar fuera en la repartición de muertes. Así, para completar el horror, del patio nos llega una noticia realmente siniestra que manchará para siempre la reputación del sistema de salud de la etapa revolucionaria cubana. Se trata de la muerte de veintiséis enfermos mentales en el hospital psiquiátrico de La Habana a causa de negligencia. Estos pacientes  sucumbieron a  la hipotermia por las bajas temperaturas, por la falta de coberturas (colchas), la mala alimentación y por el estado de abandono general en que se encuentra hoy en día esa institución sanitaria. Un cuadro que no tiene nada que envidiarle a las condiciones existentes antes de 1959


Hospital psiquiátrico de La Habana © Oswaldo Yáñez, 2006.

Hay que señalar que la noticia fue incialmente divulgada en los blogs (Penúltimos Días, Punt de Vista, entre otros). Cuando finalmente se filtró hacia los medios de información internacionales,  a los medios oficiales no les quedó más remedio que darla a conocer.



Breve nota publicada por Granma sobre las trágicos muertes que tuvieron lugar recientemente en el hospital  psiquiátrico de La Habana.

Fíjense en el tono de la mini-nota de prensa oficial que intenta minimizar los sucesos. En la misma se hace un marcado énfasis en  hacer caer el peso de la justicia sobre los responsables. ¡Como si no supiésemos quiénes son los verdaderos culpables! Pero como nuestra castrada sociedad civil se encuentra a penas  en estado de eclosión, demandar la dimisión del Ministro de Salud Pública por estos sucesos y el cese de funciones del Presidente de la República, parecen cosas de película.



Sobre el tema recomiendo además los artículos de Yoani Sánchez y Eufrates del Valle. Otro que guarda cierta relación es el excelente post de Claudia Cadelo, La Locura.

¡Ojo con lo de Mazorra! Este podría ser el detonador para romper la inercia del statu quo impuesto por la dictadura castrista.  Si de algo debemos felicitarnos es que hayan sido precisamente las nuevas tecnologías de la información las que, una vez más, le han asestado el golpe al sistema. Síntoma de que andamos bien orientados y estamos utilizando las armas correctas.

Y bueno, para concluir el balance de esta primera quincena de 2010 una noticia que se inserta en el espíritu del cambio de época que acabo de evocar. Una simple mención al nuevo gobierno de Chile, país que evidentemente se ha cansado de aplaudir a la izquierda latinoamericana y para demostrarlo,  lo ha ratificado con la elección de un candidato de la derecha, el empresario multimillonario Sebastian Piñera.


El nuevo presidente de Chile, Sebastian Piñera. © AP.

Personalmente, nunca me han fascinado los gobiernos de derecha (¡muchísimo menos los de izquierda!), pero el simple hecho de recordar a Michelle Bachelet corriendo a arrastrase ante Fidel Castro durante su visita a Cuba en 2009 me hace sentir una repugnancia tal  que las palabras no alcanzan a transmitir.


Michelle Bachelet junto a Fidel Castro durante su visita a Cuba en 2009. Sin palabras... © REUTERS/Claudia Daut.

Además, de sólo saber que desde sus primeras declaraciones Piñera ya ha hecho público su rechazo  y diferencias con el gobierno de Hugo Chávez, me parecen sobrados motivos para levantar una copa y desearle buena suerte en su mandato y a todos los chilenos mucha prosperidad .

En cuanto a la letra del año, parece ser que los babalawos no están  despistados. Esperemos que las tragedias naturales ya hayan cobrado todas sus víctimas y que otros vientos de cambio continuen soplando en nuestra América hasta dejar al descubierto las raíces de lo que ya debe morir por ley natural o porque así lo exige la mayoría.








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