Balance de la primera quincena de 2010

Pasando revista a los sucesos acaecidos en los primeros quince días de 2010, tanto en el ámbito internacional como en el nacional, se puede decir que el año empezó caliente. Y eso, muy pesar de las gélidas temperaturas que se han sentido de forma inhabitual en algunas regiones de Europa, e incluso en el trópico , en las últimas semanas.

Como ya es habitual desde hace algún tiempo nos llegó la letra del año con la versión oficial y otras más contestatarias. Y es que, tratándose de Cuba, siempre hay más de una versión: la oficial que dejan circular con beneplácito y otra más alternativa que es más cuestionada. Lo cierto es que ambas letras anunciaron partidas, cambios, desapariciones y cataclismos y ya hemos comenzado a sufrirlos.

 Pan cubano. Imagen tomada de Internet.

En Cuba lo primero en desaparecer en medio del frío fue el pan. Aunque a mucha gente le parezca ridículo que se hable de algo así, yo prefiero siempre ponerme en la posición de quienes están allá adentro, millones de cubanos que, como el perro de Pavlov, salivan sólo de pensar en el mísero pan por persona asignado como ración diaria. ¡Y que nadie ose decir que no es cierto! De sobra sabemos que uno de los mecanismos de control del régimen consiste justamente en mantener a la gente estresada pensando en la supervivencia inmediata. Así, en Cuba, la mayor parte del tiempo esto se reduce a una pregunta que deviene leitmotiv: ¿qué vamos a comer? Sí, parece que Pánfilo no es el único que sufre hambre en la isla...

Gloria Amaya, denunciando el encarcelamiento de sus tres hijos, prisioneros de conciencia de la Primavera Negra (2003).

En la segunda semana del año las noticias se tornaron verdaderamente dolorosas cuando nos anunciaron  la muerte de Gloria Amaya, el  pasado 8 de enero. Amaya, madre de los prisioneros de conciencia Ariel y Guido Sigler Amaya, formaba parte de las Damas de Blanco, un grupo de valerosas mujeres que han sentado un precedentes en la sociedad civil cubana post revolucionaria.

Se trata de las esposas o parientas de los prisioneros de conciencia encarcelados  en la peor ola represiva de los últimos años desplegada por la dictadura castrista, hecho que se conoce como la Primavera Negra (2003). En respuesta a la injusticia cometida contra sus seres queridos, estas féminas, movidas por un sentimiento de solidaridad, se agruparon espontáneamente para apoyarse mutuamente en la adversidad. Así, cada domingo, desfilan  por la Quinta Avenida de La Habana vestidas de blanco y llevando un gladiolo en sus manos en señal de protesta y resistencia pacífica contra el totalitarismo y la violación de los derechos humanos en la isla.

Aún cuando su salud era delicada, Amaya   continuaba asistiendo a las marchas y denunció hasta el último momento el crimen que de forma continua perpetra el gobierno cubano contra sus hijos. Gloria Amaya nunca cejó en su lucha. Hoy, sólo nos queda dedicarle una plegaria para que su alma se eleve  al fin sobre los dolores del mundo. Sírvanos su ejemplo para inspirarnos fuerza y perseverancia, para despojar nuestro corazón de odios y concentrarnos en el objetivo común de ayudar a instaurar la democracia en Cuba.

Para esa sencilla mujer, devenida ícono de resistencia y dignidad, Osvaldo Raya escribió una conmovedora elegía.

Pero ahí no queda todo. En la segunda parte de este post continuaré comentando los sucesos de esta aciaga quincena. A veces tengo la impresión de que el mundo está girando demasiado rápido y no nos damos cuenta. ¿Quién sabe? Va y yo me he perdido otras noticias y quizá Uds. tienen algo nuevo que aportarme.