Cuando hablo con mis amigas -sin importar la latitud-, los temas más recurrentes suelen ser el amor y la búsqueda de la felicidad. Con frecuencia constato que buena parte de nuestro tiempo lo invertimos buscando la pareja ideal, cosa que para muchas se convierte en el leitmotiv de sus vidas. Una vez que el elegido llega –o que creemos haberlo encontrado-, intentaremos mantener una relación que nos aporte el soñado equilibrio entre el cielo y la tierra. Pero como no todas somos iguales, esa búsqueda se manifiesta de diferentes maneras. Aquí les van algunas de las tipologías femeninas más comunes y sus particulares formas de concebir la felicidad.
Algunas chicas buscan la pasión, porque no conciben una relación sin un “¡arráncame la vida!”. Éstas suelen ser más dependientes emocionalmente; tienen almas de sufridoras. Como una antítesis –pero igualmente dependientes-, también las hay posesivas, dominantes. De estas dos tipologías he conocido a algunas que sin proponérselo, coleccionan un verdadero muestrario de relaciones desafortunadas. Otras, sin embargo, son menos exigentes en ese sentido y piensan más en la estabilidad financiera. Para ellas suele ser más fácil concentrarse en los hijos, en lograr una relación familiar armoniosa. Suelen ser buenas cocineras y excelentes amas de casa; en ocasiones practican hobbies y manualidades para tener un oasis de belleza y paz en sus vidas. Luego, están las profesionales, cuya felicidad depende casi exclusivamente de los éxitos que cosechan en el plano laboral. Éstas suelen aborrecer las tareas básicas del hogar; para muchas el tema de los hijos se convierte en un verdadero dilema. En determinado momento de sus vidas suelen preguntarse si en realidad están hechas para esos menesteres… ¡Pero en muchos casos suele ser demasiado tarde! Por último, están las incapturables. Son aquellas aventureras cuya libertad no tiene precio y cuya divisa podría ser “The world it’s not enough”… Suelen pasar por la vida como si practicasen un deporte extremo y en esa búsqueda constante de adrenalina, muchas veces llegan a seguir de largo aún cuando (re)conocen el amor verdadero.
En ocasiones, estas formas de ser se confunden y dan como resultado un tipo de mujer híbrido, un ser complejo. Ese suele ser el caso más común en nuestras sociedades occidentales, el de la mujer que asume múltiples roles: profesional, ama de casa, madre, esposa, activista social, deportista… La mezcla de todos esos ingredientes también agrava nuestros conflictos a la hora de la convivencia.
Hace unos días, hablando con una de estas súper chicas comentábamos sobre un sino trágico que pesa sobre las parejas modernas. La inmensa mayoría casi nunca está junto a su verdadero amor. ¿Recuerdan la primera vez que se sintieron enamorados? ¿Cuál es la diferencia entre aquel amor que idealizamos y nuestras relaciones de adultos? ¿Qué es lo que nos conduce a ese punto en nuestras vidas en que las relaciones se tornan rutina y una mera compañía? ¿La madurez, los desengaños, el miedo a sufrir o a estar solos? ¿Vale la pena vivir sin amor? Tú ¿en qué grupo te reconoces? ¿En qué grupo ubicarías a tu chica? Para aclarar estas ideas te invito a contestar la encuesta que aparece al margen. También puedes dejar tu criterio aquí abajo. Ayúdanos a entender un poco en qué consiste tu búsqueda de la felicidad y por qué, para lograrlo, generalmente corremos tras eso que llaman AMOR.
Algunas chicas buscan la pasión, porque no conciben una relación sin un “¡arráncame la vida!”. Éstas suelen ser más dependientes emocionalmente; tienen almas de sufridoras. Como una antítesis –pero igualmente dependientes-, también las hay posesivas, dominantes. De estas dos tipologías he conocido a algunas que sin proponérselo, coleccionan un verdadero muestrario de relaciones desafortunadas. Otras, sin embargo, son menos exigentes en ese sentido y piensan más en la estabilidad financiera. Para ellas suele ser más fácil concentrarse en los hijos, en lograr una relación familiar armoniosa. Suelen ser buenas cocineras y excelentes amas de casa; en ocasiones practican hobbies y manualidades para tener un oasis de belleza y paz en sus vidas. Luego, están las profesionales, cuya felicidad depende casi exclusivamente de los éxitos que cosechan en el plano laboral. Éstas suelen aborrecer las tareas básicas del hogar; para muchas el tema de los hijos se convierte en un verdadero dilema. En determinado momento de sus vidas suelen preguntarse si en realidad están hechas para esos menesteres… ¡Pero en muchos casos suele ser demasiado tarde! Por último, están las incapturables. Son aquellas aventureras cuya libertad no tiene precio y cuya divisa podría ser “The world it’s not enough”… Suelen pasar por la vida como si practicasen un deporte extremo y en esa búsqueda constante de adrenalina, muchas veces llegan a seguir de largo aún cuando (re)conocen el amor verdadero.
En ocasiones, estas formas de ser se confunden y dan como resultado un tipo de mujer híbrido, un ser complejo. Ese suele ser el caso más común en nuestras sociedades occidentales, el de la mujer que asume múltiples roles: profesional, ama de casa, madre, esposa, activista social, deportista… La mezcla de todos esos ingredientes también agrava nuestros conflictos a la hora de la convivencia.
Hace unos días, hablando con una de estas súper chicas comentábamos sobre un sino trágico que pesa sobre las parejas modernas. La inmensa mayoría casi nunca está junto a su verdadero amor. ¿Recuerdan la primera vez que se sintieron enamorados? ¿Cuál es la diferencia entre aquel amor que idealizamos y nuestras relaciones de adultos? ¿Qué es lo que nos conduce a ese punto en nuestras vidas en que las relaciones se tornan rutina y una mera compañía? ¿La madurez, los desengaños, el miedo a sufrir o a estar solos? ¿Vale la pena vivir sin amor? Tú ¿en qué grupo te reconoces? ¿En qué grupo ubicarías a tu chica? Para aclarar estas ideas te invito a contestar la encuesta que aparece al margen. También puedes dejar tu criterio aquí abajo. Ayúdanos a entender un poco en qué consiste tu búsqueda de la felicidad y por qué, para lograrlo, generalmente corremos tras eso que llaman AMOR.
(Is, también puedo comentar en éste post pero no así en el de Fito, posterior a éste...)
ResponderEliminarPues yo creo que he tenido suerte porque encontré a una joya a los casi 30 an~os de vida. Imagínate, 30 buscando no eran como para echarlos a la basura pero otros 30 más no me lo podía permitir, que después con espejuelos de aumento se me iban a ir algunos detalles, jijijiji, así que agarré bien fuerte y ahí nos va, muy bien :-)
(a tocar madera...)
En particular pienso que, a medida que somos menos jóvenes (para no escribir "envejecemos") subimos el rasero unos centímetros más alto y así es más difícil que la persona que buscamos lo logre saltar.
Yo por mi parte dejé de buscar, cansada de desengan~os, y fue en esos tiempos que conocí a mi pareja actual, con la que llevo más de 10 an~os. Espero sigan otros decenios...
Un besito,
AB
Agua, qué linda tu experiencia! No es la primera vez que alguien me hace ese tipo de comentarios. Parece que cuando uno para de buscar esta menos estresado y se producen esos encuentros lindos de forma natural. Y la edad es lo de menos, claro que si uno quiere tener hijos mejor que suceda antes de los 40.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Aqui me ves, de blogger, guapeando. El finde no pude postear porque la PC la tenia fuera de red. Ya lei que andabas en las mismas! Oye que cuando uno se queda sin conexion... ;-)
Disculpa la falta de acentos. Escribo desde mi MACBook y mi teclado es FR.
Un abrazo!
Mi amiga:
ResponderEliminarMe ha encantado esto que acabo de leer y me siento identificada en el tipo de mujer que se concentra en sus hijos y en su familia...y que practica manualidades (ja,ja,ja...eso lo pusiste por mí seguro..ja,ja)...lo único que lo de buena cocinera te lo debo!
Te deseo mucha suerte en este blog, donde sé que pones toda tu energía y tu alma, pero también en tu vida privada para que encuentres tú también esta felicidad que me ha tocado.
Un beso grande, mi profe!
Disfruta a Fito en youtube mientras puedas. Las cadenas de musica principales estan bloqueando a youtube y ya me he dado cuenta que muchos de los videos que subi en el blog mio no existen. El flaco es unico.
ResponderEliminarSaludos desde Londres.
Amiga, para mí el amor es básicamente confianza, aceptación y respeto. La manera en que se manifiesta es muy diferente y creo que viene determinada por cada tipo de personalidad, así como lo que esperamos del amor o de las relaciones, lo que entregamos y queremos recibir. Por otra parte, creo que hay más prototipos de lo que mencionas sobre las parejas o dinámicas de relación, pues aun en el mundo occidental se vive diferente según sea el país y el grupo económico-social al que perteneces, lo cual marca patrones culturales y modelos de relación que inconscientemente se reproducen.
ResponderEliminarCreo que soy un poco de todas las que mencionas o tal vez ninguna, de momento, la que se pregunta quién soy? y que quiero? La que quiere sentir y pensar. La que tiene el control de su vida, la que no tiene que pedir permiso y tiene presencia de vida.
Te mando besos!!!! B
Hola Isabella, El tema es candente, siempre lo ha sido. Creo que lo mejor es dejarse llevar, sin olvidar reconocer lo bello cuando aparece. Las "busquedas frenéticas" o las "abstibnencias vegetarianas" para mi son igualmente estériles, recuerda al viejo Nicolas y su poema sobre lo "quimicamente puro" que da asco...
ResponderEliminarR de M
Mi amiga B., la misma que escribió en el post No. 5, me mandó la "suite" de su comentario a mi buzón. Tal como ella me lo solicitó, se los subo aquí, a pesar de su extensión.
ResponderEliminar"Ahora me voy a poner a pensar en voz alta sobre conceptos que se confunden y que van ligados al amor. Esto con el propósito de ayudar a entender el misterio del amor en algunas de sus múltiples facetas.
No es lo mismo, ni es igual, el enamoramiento que el amor. Lo que muchas veces pasa es que al inicio de la relación lo que prima es el enamoramiento que aunque va muy parejo al amor, su manifestación es mucho mas explicita en todas las formas posibles y lo llena todo. Con el paso de los años, lo que normalmente sucede es que el enamoramiento va dejando su lugar al amor y este comienza a tener mucho más presencia que el enamoramiento que por demás, va desfalleciendo. Hay parejas que logran que enamoramiento y amor perduren en igualdad de intensidad y presencia, pero creo son las menos y deben estar tocadas por la mano de Dios, son las que nos hacen creer en los milagros. Al perder presencia el enamoramiento pensamos que nuestras relaciones se estancaron en la rutina y la cotidianeidad. Si sabemos mirar a través del sentimiento o con los ojos del alma para sentir que el amor perdura y ha crecido, si podemos redescubrirnos dentro de este amor como pareja que hace contacto, que se mira y se ve, que convive, que ama en el otro todo lo que no se ve del iceberg, que ama mas allá de la fachada del otro, amando lo que el otro ama y teniendo un proyecto de vida en común, veremos nuestras relaciones redimensionadas.
Es diferente tolerar que soportar. La primera representa que a partir de que existe una convivencia real, construimos cada día, alimentamos y cultivamos esa convivencia y todo lo positivo que de ella se deriva. Por su parte, soportar es solo durar, dejar que pasen los años y la vida con ellos. Lo curioso es que se escucha mucho más a menudo” ya no lo soporto” en lugar de “ya no lo tolero”. Entonces que hacemos, toleramos o soportamos?
Luego está la delgada línea entre ser egoísta y egoísmo. Cuando eres egoísta creo que estas por buen camino porque significa que te ves, mientras que el egoísmo significa que no ves al otro. Como la línea es tan delgada y difusa, habrá que andarse con cuidado.
Por último, la pregunta recurrente de por qué?. Cuando te detienes a analizar una experiencia en tu vida pasada o presente tiene dos formas de abordarla, puedes preguntarte por qué? o puedes preguntarte para qué? La primera pregunta te regresa al pasado, a buscar el culpable o la culpa o las dos cosas, es una pregunta que encierra en sí arrepentimiento, reproche y enojo. Cuando te planteas para qué? significa propósito, para qué viví esta experiencia, cuál es el propósito de haberla vivido, que tanto de bueno me trajo o me deja para mi vida. El para qué? te lleva a valorar lo positivo de esa experiencia para tu vida."
A mi me parece una reflexión muy profunda y madura. Le agradezco a B. se haya tomado el tiempo para escribir todo esto. Me hace muy feliz saber que lo que escribo los mueve a pensar y a sacar estas conclusiones. Ustedes, ¿qué opinan al respecto?
Aprovecho para responder a los otros comentaristas.
ResponderEliminarLuly: sí, tú encajas bien en ese perfil de mujer casera, consagrada a los niños, que vela por su matrimonio. Y de las manualidades ¡ni qué decir! Pero sabes que eres mucho más que eso, pues también eres una profesional, solo que has elegido estar con tus niños durante sus primeros años. Eres muy afortunada. Hoy en día pocos son los padres que pueden disfrutar tan prolongadamente de sus hijos en esa época que por demás suele ser inolvidable.
Cuban: ¡esa es una "podría", compadre! ¡Qué pena que comiencen a restringir la utilización de YouTube! ¡A mi me parece de lo más democrático que han inventado! Por cierto, ¿sabías que este año la bienal de Montréal estará dedicada a las nuevas formas de arte y a la democratización de las mismas? En este sentido, YouTube es uno de los sitios que más ha atrapado la atención de curadores y expertos en comunicación. ¡Espera pronto un post al respecto!
Anónimo (R de M): sí, el tema es muy candente. Coincido en que debe haber un equilibrio. En cuanto a búsquedas frenéticas... ¡Llevas toda la razón! La prisa no es buena consejera. Respecto a lo puramente químico, siempre hay a quien le funciona. Yo respeto a todo el mundo, pero en lo personal no creo que esa sea una forma profunda de amor.
A TODOS: ¡GRACIAS POR PASAR Y DEJAR SUS COMENTARIOS!