lunes, 5 de octubre de 2009

Nelly Arcan en el espejo (II)



Decir lo innombrable

Nelly Arcan escribía también sobre la vida de todos los días en su ciudad y su barrio (Plateau Montreal). Abordaba los olores de la ciudad, las costumbres y también temas más agudos e incómodos que repercuten en la sociedad.

En su artículo Du racisme ordinaire (ou de salon) (Del racismo ordinario (o de salón)),  Arcan trata el problema del racismo en Quebec de una manera lúcida. A pesar de no ser su temática predilecta, su reflexión es aguda y como de costumbre, su discurso puede calificarse de chocante para esta sociedad que preconiza lo políticamente correcto. En esa crónica inhabitual, la columnista expresa su incomodidad ante el tratamiento que se le dio al caso de Fredy Villanueva, un adolescente de origen latino que fue abatido por la policía de forma accidental en una intervención en Montreal Norte. El caso pasó a convertirse en un verdadero dolor de cabeza para la policía y la alcaldía de Montreal poniendo de manifiesto en los medios (sobre todo en los blogs) la opinión pública respecto a la percepción real que se tiene de los emigrantes aquí. La propia autora reconoce que en ocasiones son vistos a través de una madeja de prejuicios y esto dista mucho de la imagen armoniosa, multicultural e integracionista que Quebec le vende al resto del mundo.

Este artículo en especial, escrito por una mujer que para muchos sólo hacía “literatura de culo”, podría estimular un debate sin fin y muy dispar a nivel provincial para el que pocos tendrían respuestas convincentes. Cosa que nos hace pensar que a pesar de la revolución tranquila, Quebec no ha dejado atrás todas sus taras.

Cuando descubro esta profundidad de pensamiento, ese ojo avisado de analista que cual forense tiene el hábito de la disección que se traduce luego en palabras, me digo: ¡qué pérdida de intelecto nos ha dejado la muerte de esa mujer magnífica que fue Nelly Arcan! Y me lamento desde lo más profundo no sólo por la ausencia que deja en Québec, sino también en la literatura de género actual.

Forever young: el precio real de la belleza como paraíso artificial

Nelly Arcan había logrado evolucionar como intelectual, cosa que le permitía dejar atrás su tumultuosa vida marcada por la prostitución y las drogas. Hélas! Su suicidio nos confronta a una amarga realidad. A pesar de tener la capacidad y el talento de desentrañar tantas verdades comunes al género humano y de poder identificar el meollo de algunos problemas sociales con claridad lacerante, Arcan no fue capaz de equilibrar su vida. De nada le sirvió su talento para sobrevivir a sus propios demonios.

Richard Martineau subraya en su blog de Canoë que en una entrevista que sostuvo con Nelly en Les Francs-Tireurs ella aseveró que “envejecer equivalía a morir” en el sentido de que “las personas no te miran, los hombres no se fijan más en ti…”. Obsesionada por su imagen, por la necesidad de gustar y ser siempre la más bella en todos los espejos sucumbió a lo que denunciaba en sus escritos: a la siliconización, al efecto de la mujer-campana protegida por sus cremas, a la cosmetización de la imagen femenina. Resulta difícil comprender cómo teniendo el poder de visualizar “la Matrix”, no quiso verse envejecer y prefirió morir como la Barbie de su sitio Web. Marilyn plastificada.



Paradójicamente, para quien vivió esclavizada a un ideal de belleza, el suicidio no deja una traza de femineidad, pues no vino de la mano de un pomo de barbitúricos ni de afiladas navajas o tijeras –quizás porque éstas desfiguran y laceran el cuerpo que en este caso particular, se auto imponía el enfermizo ideal de la perfección-. El suicidio siempre es una muestra de irrevocable (auto)violencia pero hay determinadas formas de hacerlo más brutal. Tal fue el caso de Mme Arcan quien se dio muerte ahorcándose, método que se identifica más con el carácter masculino. Luego supimos por los numerosos artículos publicados en los medios oficiales y alternativos que no era su primera tentativa.

Il faut changer la vie

Después de varios días en que la morbosidad me ha llevado a querer saber todo de esta escritora, constato la envergadura del mal que hacen una infancia desgraciada en el seno de una familia disfuncional y el tratamiento de la sociedad hacia la mujer, que aún después de más de un siglo de feminismo la sigue juzgando por su apariencia (dinero, belleza, posición social, éxitos obtenidos). Esto me entristece sobremanera porque no quiero que mis hijas reciban ese legado. Porque nos guste o no, esta es nuestra sociedad, este el mundo en que elegimos vivir y con mucho -aunque a veces resulte difícil de creer- se acerca bastante al mejor de los mundos posibles. ¿Qué hacer entonces para compensar sus fallas?

Pienso que la respuesta está en nosotras mismas. Como madres, como formadoras de nuestros hijos lo primero que debemos retener es que los valores y el amor se engendran y para ello la comunicación tiene que ser nuestra mejor aliada.

La literatura de Nelly Arcan entreabre las puertas de los miedos femeninos. También nos muestra mundos domésticos que muy bien pueden ser los de cualquier hogar: padres hastiados de sus matrimonios que soportan todo por los hijos; madres que se resignan y se abandonan a una muerte en vida (mujeres-larvas, diría Nelly), mujeres que se inmolan en nombre de la protección de sus vástagos. Justificaciones todas mediocres que pululan cobardía, terror de afrontar la vida. Soluciones simplistas que acercan al ser humano a escalas bajas de autoestima, cosa que aunque uno se empeñe en ocultar siempre es percibida por los hijos.

La vida, mis amigas, no es simple para nadie. Si algo positivo tiene la sociedad en la que hoy vivimos es la cantidad de recursos que tenemos a nuestro alcance para ayudarnos a cambiar la vida, sea cual sea el problema que nos afecte. De modo que la mujer que a estas alturas se deje agobiar por un matrimonio infeliz no puede esperar nada bueno para sí misma ni para sus hijos, porque no está luchando por mejorar su situación.

Los padres en general tenemos una gran responsabilidad hacia nuestros pequeños y eso debe comenzar por nosotros mismos. Hay muchas formas de crecer y en nuestro caso, ellas no siempre implican tener mucho dinero ni ser una mujer de apariencia perfecta.

De la misma manera, pienso que inculcarle a nuestros hijos valores de respeto y amor son esenciales para que puedan crecer de modo tal que la autoestima aflore en ellos naturalmente. Hoy más que nunca la post mediatización ejerce un impacto muy fuerte en el imaginario colectivo, de ahí que la educación que le demos a nuestros hijos haga toda la diferencia. Ya no nos es posible criarlos aislados del mundo pues cuando el contacto con la realidad tiene lugar finalmente –como en el triste caso de Nelly Arcan-, el choque y la presión social pueden llegar a ser brutales al punto de hacer sucumbir sus precarios universos individuales.

Un último adiós

En el día de ayer, en medio de una típica tarde otoñal tuvo lugar en su pueblo natal la ceremonia de despedida de Nelly Arcan. Su familia, personas sencillas, se han visto afectadas por el interés de la prensa. La ceremonia fue oficiada por el abad Steve Lemay quien evocó el dolor que translucen la obra y el último gesto de esta autora. También reiteró la importancia de sobreponer el amor al dolor, de dejar lugar a lo verdadero en detrimento de la apariencia.



Para Nelly Arcan, ¿la idea del suicidio formaría parte de su narcisismo? ¿Sería ésta -a sus ojos- una manera de inmortalizarse dejándonos una imagen de belleza juvenil eterna? Quizá esa haya sido la última inocencia de la frágil y resuelta criatura que fue Mme Arcan en vida, quien condenaba la “burka de carne” de la que es víctima la mujer en la sociedad postmoderna. Nadie mejor que Nelly Arcan, jueza y parte de ese juego macabro entre la realidad y el deseo para ilustrarnos las trampas de lo aparente/velado. En su realidad, la vacuidad de la belleza efímera y prefabricada se contraponía a la plenitud que ofrece el reconocimiento alcanzado. El deseo, su otro demonio, traducía la necesidad imperiosa de seducir para aferrarse a la vida, convirtiéndose así en otro paraíso artificial. Pero también padecía la obsesión de la negación, el impulso de cegar su propia vida para al final trascender el momento presente de forma irrevocable. Y fue éste último el que ganó la siniestra partida.

Nadie como Nelly Arcan, con su imagen de ángel rubicundo, para mostrarnos con todos sus matices lo que puede llegar a ser el infierno en la tierra para una mujer que lo tuvo todo y aún así, no logró dejar de sentirse miserable. Su cuerpo ya no es cárcel. ¡Descanse en paz su gran espíritu!





12 comentarios:

  1. El suicidio fue su eleccion. Lo cual respeto profundamente. Lo triste de su historia debe estar en esa lucha de supervivencia desde la infancia y adolescencia, que desgasta y deja sin fuerzas para afrontar la vejez, la cual se vuelve un peso anunciado. Gracias nuevamente, estimada Isabella, por dar a conocer su historia.

    ResponderEliminar
  2. QUe interesante escrito. Y que compleja historia. No habia oido hablar de Nelly Arcan. Buscare mas informacion sobre ella. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Hola a esos dos caballeros que tanto admiro. ¡Qué lindo tenerlos por acá! Me alegra que hayan aprendido algo sobre Nelly Arcan gracias a este artículo. Ella era venerada en Francia y aquí, por supuesto. Fue una chica de su tiempo, definitivamente. Su historia es muy compleja y su literatura tiene pasajes muy buenos. A mi me gustaban sus crónicas, donde sus puntos de vista eran variados.

    Efectivamente, Don Eu, esa lucha por la autoaceptación muchas veces se convierte en lucha por la supervivencia. Desgraciadamente, no son todas las mujeres las que tienen la fuerza y la capacidad de aceptar lo inevitable. De hecho, esto es algo que sucede también con los hombres pero ellos tienen menos presión que nosotras en lo que respecta a la apariencia. Su decisión de suicidarse se respeta, definitivamente. La libertad es lo más grande que puede tener un ser humano.

    Saludos desde Montreal.

    ResponderEliminar
  4. Nunca había oido hablar de ella pero me has despertado el gusanillo de la curiosidad y del saber y voy a buscar.

    ResponderEliminar
  5. ¡Qué bueno, Armienne! A ti sin duda te encantará su estilo. Te lo recomiendo. Sus libros quizá los encuentres en algunas bibliotecas públicas. Si te gusta comprarlos, pues Amazón es una buenísima opción (mi tienda preferida para libros, de hecho) pues si compras más de determinada cantidad las entregas son gratis. Nadie puede competir con los precios de ellos porque se han convertido en un monopolio por el que pasan todos. Por cierto, allí están todos los libros de Nelly a precios muy variados. Pero si no quieres comprar sus libros y lees francés te recomiendo hacer click sobre el link de Ici Magazine que aparece en la primera parte de mi artículo. Allí hay crónicas escritas por ella. Saludos y gracias por pasar.

    ResponderEliminar
  6. YA ES HORA DE QUE LA HUMANIDAD RECONOZCA MAS FUERTEMENTE OTRAS BELLEZAS INDISCUTIBLES E INMORTALES DE LA MUJER COMO ESA CAPACIDAD QUE ELLA TIENE PARA SER ALGO ASI COMO MADRE DE TODO LO QUE TOCA... ESA ES LA BELLEZA CON LA QUE ENVEJECIERON MI ABUELA Y MI MADRE Y LA QUE LUCEN EN LAS INFINITAS PASARELAS DE LA ETERNIDAD... LAS MUJERES AUN DEBEN SEGUIR LUCHANDO TAMBIEN POR EL DERECHO A QUE SE LAS RECONOZCA POR OTRAS VIRTUDES QUE LA ACERCAN MAS A LO DIVINO.... DIOS NO ES BELLO NI FEO, ES CELESTIAL, COSMICO, AMOROSO.... Y LA MUJER NO DEBE SER NI BELLA NI FEA SINO BUENA... muy buen articulo!!!

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias, Raya, por pasar y comentar. Siempre me honra que exponga aquí sus ideas porque así los lectores se empapan un poco en su ideología de amor.

    ResponderEliminar
  8. Que interesante!!Supe de su existencia,lei algo en los periodicos,creo que habia recibido varios premios.........pero no sabia de su triste final.
    Muy buen articulo,da ganas de buscar mas informacion!

    ResponderEliminar
  9. Anonimo, lo que aqui narro es bien reciente. La autora obtuvo gran reconocimiento en vida. Tenia seguidores, gozaba del favor de la critica nacional e internacional. De hecho, su ultima novela saldra publicada de forma postuma. Animate y busca algo de ella. Vale la pena leerla. Su literatura no siempre es agradable, pero nos ayuda a entender muchas cosas relacionadas con la naturaleza humana. Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Querida Isbel: muy bueno, como siempre tu artìculo. Pero difiero de ti en lo de la vacuidad de la belleza y el mantenerse jòvenes. Aconsejo a todo el mundo que intente estar saludable y saque de su mente el patròn de vejez que la tradiciòn otorga como un peso.
    Como estudiosa de la metafìsica pienso en el tiempo como una ilusiòn. Pero ademàs, siendo el cuerpo *el templo del Espìritu Santo*, creo que hay que intentar mantenerlo lo màs limpio posible, fìsica y espiritualmente. Un concepto *nuevo* que combate la idea de la vejez. Sí, Forever Young and Beautiful es uno de mis lemas, y pròximo blog. No me importa que pasen los años, pero que pasen sin arrastrar consigo la motivaciòn y el deseo por la vida. Y agradezco a Dios y a la industria moderna de cosmèticos, y medicina natural, que hace posible cada dìa màs que las mujeres y los hombres se mantengan libres de arrugas, de sobrepeso, de enfermedades ocasionadas por el descuido del propio cuerpo (y del alma).
    En el caso de Nelly Arcan, sin duda, debiò existir una enfermedad mental, voces que la acosaban y la incitaban a la muerte. Era quizàs una esquizofrénica. No soy experta en eso, pero conocì de primera mano los pensamientos de un suicida (el escritor cubano Guillermo Rosales), y me contò, poco antes de suicidarse, ese tormento, esas voces acosàndolo mañana, tarde y noche. Nada que ver, pienso, con el miedo a envejecer. Y menos a perder la belleza, porque una muerte tan tràgica es un contrasentido.
    Pero, me sorprende que no hayas tù intentado investigar màs en la razòn que llevò al suicidio a la cubana Belkis Ayòn, de quien te ocupas. Me parece que esas otras razones nada tendrìan que ver con el miedo a envejecer. Por lo que, como no soy una feminista, sino que desprecio esos tèrminos, me parece que mejor busquemos en la enfermedad mental de cada una de ellas. POr què interesa tanto culpar, en el caso de Nelly, su *obsesion* por la belleza fìsica, y no se habla màs de què llevò a Belkis Ayòn al suicidio, siendo aun tan joven y talentosa. No inclinemos la balanza para salirnos con la retòrica de las feministas. Mi opiniòn.
    Sì, vale la pena intentar ser bellos y eternamente *jovenes*, al menos de espìritu.
    Muchas bendiciones,
    Belkis

    ResponderEliminar
  11. No se suicida uno por la apariencia, ni por llegar a viejo, ni por ser prostituta para vivir, es el cumulo de hechos, la mal dosificacion, la poca recuperacion del animo entre ellos, que llevan al acto. y, a veces, no es por enfermedad, es por fuerza de no aceptarse mediocre.

    saludos Isa

    ResponderEliminar
  12. Chiqui, gracias por pasar y aportar tu punto de vista al debate. Sí, las razones son muchas. Yo tampoco creo que en todos los casos sea debido a una enfermedad. Lo que sí pienso es que la falta de comunicación y el aislamiento puede conducir al suicidio. Por eso es tan loable el trabajo que realizan los grupos de ayuda, aunque desgraciadamente a veces los que atraviesan por esos terribles momentos de soledad no tienen siquiera la fuerza de marcar un número para desahogarse. Y es un hecho que conversar con otra persona (aunque a veces se haga desde el anónimato) ayuda a salvar vidas. ¡Saludos!

    ResponderEliminar

¿Y qué tú crees?

LinkWithin

Related Posts Widget for Blogs by LinkWithin