miércoles, 2 de junio de 2010

Jornada de los museos en Montreal 2010


                                  Afiche de la XXIV Jornada de los museos montrealenses

El pasado 30 de mayo se celebró en esta ciudad la XXIV Jornada de los museos montrealenses. En esta ocasión el evento estuvo patrocinado por Quebecor. Participaron unas 30 instituciones museales y otros centros de actividades culturales y recreativas.


Logo de la temática de los museos montrealenses para el 2010: Montréal, ville de verre. L'histoire d'une innovation. 

La temática de este año fue el vidrio. Siguiendo el ejemplo de países como Cuba, la Société des directeurs des  musées montréalais ha comenzado a organizar grandes eventos entre las instituciones miembros alrededor de una temática común.


  
Una de las piezas magistrales en exhibición, Bluespira- Autor: D. Robertson. Fuente: Internet

De este modo, este año el tema  Ville de verre (Ciudad de vidrio) ofrece la posibilidad de participar en más de 100 exposiciones y actividades de animación cultural en más de 40 lugares de Montreal. La idea ha tenido éxito. 

En efecto, el público montrealense, cada vez más educado, responde favorablemente a estas iniciativas. Por supuesto, esto se traduce en un incremento de las visitas a estas instituciones.


La torre del reloj, emblema del museo Pointe-à-Callière al fondo, anunciando ya su próxima exposición sobre las esculturas de la Isla de Pascua. Detrás de las banderolas unos músicos haitianos amenizaban la tarde. 

En este día, mis hijas y yo -que somos asiduas visitantes de las instituciones museales de esta ciudad- decidimos visitar el Viejo Puerto de Montreal. Fue una elección poco original condicionada por otros factores. 

Resulta que la noche anterior había descubierto que alrededor del museo de arqueología  e historia Pointe-à-Callière, lugar donde se fundó esta ciudad, tenía lugar el festival Les cultures gourmandes

Se trataba de una feria gastronómica con gran variedad de comidas de diferentes lugares del mundo. Así, entre banderolas de colores, juegos de animación para los más pequeños y música de distintas regiones, se podían degustar platos típicos.


 Unos visitantes bebiendo infusiones bajo una exótica carpa que parece salida de las Mil y una noches. 

De Québec y Francia estaban los famosos  foi gras, pâtés, vinos exóticos, fondue au chocolat con frutas biológicas y pasteles.


                             Mis hijas, degustando la fondue au chocolat con frutas biológicas. 

Pero también habían sandwich búlgaros con salchisas y col encurtida, tacos y burritos mexicanos; té y tisanas de marruecos, couscous, ensaladas, conservas y muchas otras delicias de todo el orbe. 

Sin duda un festín para los sentidos dónde mis bellas se inclinaron por una fondue y los deliciosos churros (más bien eran porras, pero creo que los comerciantes no conocían la diferencia entre los primeros y los segundos)  rellenos con dulce de leche. 


¡Sí, así mismo, también se puede comer "churros" en Montreal! Sólo hacía falta un buen chocolate caliente para acompañar esas porras rellenas de dulce de leche.

Esta actividad de animación que se desarolló durante el fin de semana tuvo una excelente acogida por parte del público de esta ciudad que se enorgullece de su carácter multicultural.

Para estar a tono con la celebración de ese día, luego visitamos el Centre d'historie de Montréal. Este pequeño museo, construido en un antiguo cuartel de bomberos, es administrado por la Ville de Montréal. 

  
Centre d'historie de Montréal. Enya, observando atentamente la multimedia. Al lado, una vitrina muestra las curiosas "maison longues" (casas largas) de los Iroquois descritas por Jacques Cartier en su diario a su llegada a estas tierras.

A mis hijas les encantó la exposición permanente Montréal en cinq temps (Montreal en cinco tiempos) pues coincide con el contenido de historia que están estudiando ahora en la escuela. 

Aquí les dejo otras fotos que tomé ese día.

 



                                          Enya y Sadja en el Centre d'histoire de Montréal.

Una cosa les puedo asegurar, visitar los museos de Montreal y esta parte de la ciudad sigue siendo uno de los mejores regalos que uno puede hacerse. Aquí siempre hay algo diferente que hacer, algo nuevo para explorar. 

Si además se aprovecha esta invitación única de la Jornada de los museos montrealenses que pone a disposición de todos el transporte y el acceso gratuitos a más de 30 museos, uno no puede menos que sentirse mimado. 


Enya posando delante de la escultura original del Almirante Nelson. Centre d'histoire de Montréal.

Este día tiene el gran mérito de poner al alcance de todos la riqueza del patrimonio cultural e histórico que de forma celosa custodian los museos de Montreal. 

Esta cita ha devenido tradición convirtiéndose en un agradable y esperado must de la vida cultural de esta ciudad. 

Agradezcamos pues a la Société des directeurs des  musées montréalais y a todos los voluntarios que hacen posible que este evento constituya un éxito año tras año.



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