Visita al centro de la ciudad de Rio: Aqueduto da Carioca, Lapa

Aqueduto da Carioca, ©Chez Isabella, 2009

Camino a una fonda donde almorzamos pasamos por el Aqueduto da Carioca, también conocido por el nombre de Arcos da Lapa. Se trata de una construcción del S. XVIII que aún está en pie en el centro de la ciudad. La misma reproduce en piedra argamasa el modelo de los acueductos romanos. Esta monumental obra sirvió para llevar el agua desde el Morro de Santa Teresa al de San Antonio. Cuenta con 42 arcos dobles y ojos en la parte superior, con un ancho de 270 m y una altura de 17,6m. En su construcción trabajaron esclavos indígenas y africanos.

Vista do Aqueduto da Carioca (Leandro Joaquim, c. 1790).

Detalle Aqueduto da Carioca, ©Chez Isabella, 2009

Aqueducto da Carioca, ©Chez Isabella, 2009

Las primeras obras de este acueducto datan de 1718. Sin embargo, fue en 1720 cuando se optó por la fórmula de los Arcos Viejos, inspirado en el acueducto de las Aguas Livres que por aquel entonces comenzaba a construirse en Lisboa. Este acueducto fue sometido a restauración entre 1744 y 1750 ya que se producían fugas de agua y paros importantes debido a actos de vandalismo practicados por los negros quilombolas (cimarrones).

Después de la segunda mitad del S.XIX el acueducto cayó en deshuso a causa del implemento de nuevas obras de ingeniería hidraúlica en la ciudad. Sin embargo, la edificación se mantuvo en pie. Desde 1896, estos arcos sirve como vía de transporte público. Como verán en la foto que aquí adjunto, por la parte de arriba pasa un pequeño tranvía al que llaman “el Bondinho”. Este medio de transporte tan inestable sube al Morro de Santa Teresa, que como se verá en otro post, es bastante elevado.

O bondinho do Aqueduto da Carioca. ©Chez Isabella, 2009

Paseando por aquella zona me llamó poderosamente la atención la profusión de collages y graffitis sobre los muros de las edificios habitacionales del lugar. Me dijeron que estábamos en Lapa, la parte bohemia de Rio, área donde la gente sale a comer y bailar en las calles todas las noches. Allí coexisten todos los estilos musicales, desde la samba hasta el rock y otras sonoridades electrónicas. Como para confirmar que en aquel sitio reina la melodía, allí se yergue la escuela de música de Rio de Janeiro.

Escola de Música, Rio de Janeiro. ©Chez Isabella, 2009

Graffiti en Lapa, Rio de Janeiro. ©Cindy Morin, 2009.

Anuncios en Lapa, Rio de Janeiro. ©Chez Isabella, 2009

Llegamos a la fonda. La comida brasileña es muy semejante a la de Cuba: arroz, frijoles, carne asada, viandas fritas, pero eso sí se come bastante ensalada de estación. Los platillos son muy sabrosos. Volveré sobre esto en otro comentario. Ese día nuestra tropa almorzó por solo 3.49 R en un restaurante tipo balança en los que uno se sirve lo que quiere. El plato incluía una bebida fría sin alcohol.

Anuncio de restaurante balança, Rio de Janeiro. ©Chez Isabella, 2009

Luego seguimos al centro de la ciudad. Pasamos por una tienda de diseño muy moderna que me gustó porque dejaba sus muros de ladrillo al descubierto. A juzgar por la foto que aquí les muestro muy bien podría tratarse de una tienda de aquí de Montreal, de las del Viejo Puerto o Saint-Laurent, por esa mezcla de lo moderno con lo antiguo, promoviendo mobiliarios Design.

Tienda de diseño en Lapa, Rio de Janeiro. ©Chez Isabella, 2009

Desde lejos, el cono de la Catedral Metropolitana acaparó nuestra atención y nos dirigimos hacia ella. No tengo palabras para describir lo que sentí ante tal majestuosidad. Pero eso ya es tema para un próximo post que los invito a leer más adelante.

Arcos da Lapa y Catedral Metropolitana a lo lejos, Rio de Janeiro.

©Cindy Morin, 2009.