El viaje fue muy bueno. Fui con un grupo de colegas de mi universidad. Agradezco la generosa beca de la Association des universités de la francophonie canadienne (AUFC) que nos permitió a los siete participantes viajar y hospedarnos en Rio durante ocho días. En realidad el viaje duró diez, pues como se imaginarán es mucho el tiempo que se pierde desplazándose desde Montreal hasta aquella ciudad. En los días a venir iré plasmando en esta bitácora mis impresiones sobre ese viaje. Hoy comienzo con unas notas que tomé durante mi primera jornada, notas que no había tenido tiempo de transcribir hasta ahora. En mis próximas entradas iré siguiendo el hilo cronológico de mis vivencias en Brasil. ¡Espero disfruten de estos comentarios!
Primeras impresiones sobre Rio de Janeiro, 9 de junio 2009
Llegamos a Rio de Janeiro una mañana que auguraban nublada para encontramos una ciudad bañada por el sol en pleno invierno. Los 21°C de temperatura resultaron una agradable sorpresa para mis alergias provocadas por la eclosión de pelusas de algodón en “nuestro verano montrealense” y, como por arte de magia, ¡todos los síntomas de golpe desaparecieron! Cogimos el bus expreso en el aeropuerto para trasladarnos hacia el apartamento que previamente habíamos alquilado en la zona sur a través de Terra. Si alguna vez piensan viajar a esta ciudad y no saben dónde hospedarse, les recomiendo ese sitio por su profesionalismo y seguridad para transacciones de este tipo. Allí encontrarán apartamentos para todos los presupuestos.
Durante el camino tuve mis primeras impresiones sobre esa ciudad con la que había soñado durante años gracias no sólo a las telenovelas brasileñas de la Globo que tan famosas son en Cuba y en el mundo, si no también al curso de portugués que seguí en la antigua escuela de idiomas Abraham Lincoln (1996-1997) con el profe Sergio, ¡todo un personaje en el mundo de la traducción y cultura lusófonas en Cuba! A ese magnífico profesor le debo mi dominio de esa lengua que no había practicado desde el 2005. Parece que la sabiduría popular no se equivoca cuando asevera que “lo que bien se aprende, nunca se olvida”, pues durante esta estancia me tocó fungir como traductora en múltiples ocasiones y me desenvolví bastante bien.
La ciudad de Rio es enorme. El esplendor de la naturaleza se impone a la suciedad circundante. El churre se podría cortar con las manos para hacer montañitas en cada esquina. Mientras nos encaminamos hacia el centro recorro con mi vista las paredes de unos hangares que no tienen nada que envidiarle a la ruina de los del puerto de La Habana. Para aumentar el parecido tienen incluso una Terminal de ferrocarriles cerca. Las construcciones son muy similares a las de nuestra ciudad natal, todas bañadas por una pátina de hollín. Llegamos al centro y de no ser por la eclosión de carteles y anuncios en portugués, así como por la cantidad de comercios y la nata de taxis amarillos, podría decirse que estamos en Centro Habana. Si se mira hacia arriba los enredados cables del tejido eléctrico lo confirman a cada paso que avanzamos como por inercia, presos en la marea de un tráfico infernal.
La parte en donde estoy parando, Ipanema, me recuerda a la calle 23, en el Vedado, a la altura del Pabellón Cuba. Puede que sea por el ajetreo, el tráfico pero sobre todo por sus características aceras de mosaicos, cosa que se repite en toda la ciudad como un leitmotiv. Ipanema es famosa por esas aceras donde el blanco y el negro hacen ondas evocando la cadencia de las olas del mar que envuelven a la ciudad en un abrazo de espuma. De manera general es como si tuviera la playa de Guanabo al lado. La mezcla me provoca un sentimiento un poco raro. No hay grandes extensiones de arena que separen el ambiente de la playa del resto de la vida citadina como ocurre en Santa María del Mar, en las playas del este de La Habana. En ese sentido, Rio se parece más a South Beach, Miami, pues desde el mar puede verse el tráfico de la Avenida Atlántica.
Eso si, la comida, sus tragos, la forma de ser de su gente, la música y los paisajes -esas montañas imposibles que se recortan contra el cielo y se sumergen en el mar- hacen que uno poco a poco se vaya impregnando del alma de la ciudad, una especie de pecado inevitable al que no es difícil sucumbir. A este hechizo que provoca una transformación en nuestra percepción y conducta uno de nuestros colegas le llamó “la Rio attitude”.
No obstante -retomando el hilo de mis comentarios-, si comparamos ambas ciudades, La Habana posee un encanto natural bajo su luz y cierta elegancia en medio de sus ruinas que es muy distintiva, algo que recuerda lo que fue y lo que quiso ser. Algo como un pedigrí, una marca de cuna más noble, cosa que indudablemente y muy a pesar de su pasado esplendoroso, no posee esta megalópolis de Rio.
Río debe ser una ciudad encantadora. Como un sueño.
ResponderEliminarSí que lo es, Armienne, pero como lo narro aquí, está llena de contrastes muy violentos. Saludos para ti.
ResponderEliminarWow, Is, qué contrastes y a la vez cuántas similaridades!!
ResponderEliminarQué bueno tenerte de regreso...
Un abrazo!
Gracias, Agua, qué bueno tenerte de visita por aquí. Almuerzo y me siento a escribirte. Te tengo buenas noticias. Un abrazo.
ResponderEliminarPrimera vez que leo sobre el parecido de Rio con la Habana. Muy interesantes tus anotaciones. Saludos para ti, viajera Isabella... no en balde no te encontraba en tu casa, LOL!
ResponderEliminarEu, ¡qué alegría tenerlo por aquí! Así de sorprendente es la cosa. Se va a deleitar, pues pienso estar subiendo más información y fotos sobre Rio en los próximos días. Como ve, estoy compitiendo con Lola Amargura, LOL! Un abrazo para Ud. distinguido caballero.
ResponderEliminarHola, Isabella! Cuando regresa al Río, o cuando visita cualquier otra región de Brasil, usted puede entrar en el sitio BRFO Brasil, un sitio en línea de alquiler de casas de vacaciones y temporadas. Puede conocer los apartamentos, casas, sitios, pisos y fincas registradas, disponibles para alquilar. La inscripción se hace por el dueño de la propiedad, en una fotos completa y detallada, que también se presentan de propiedades disponibles. La negociación de valores y las condiciones de la renta se hará con el dueño de la propiedad. Usted elige el tipo de propiedad y el nivel de comodidad que desea, sin sorpresas desagradables después de haber pagado el alquiler. La compañía ofrece seguridad en la negociación. Para que pueda disfrutar de sus vacaciones con la tranquilidad, alojándose en una propiedad de su elección y con un coste menor que el pagado por los hoteles y posadas.
ResponderEliminarHola, Isabella! Cuando regresa al Río, o cuando visita cualquier otra región de Brasil, usted puede entrar en el sitio BRFO Brasil, un sitio en línea de alquiler de bienes raíces para temporadas y vacaciones. Puede conocer los apartamentos, casas, sitios, pisos y fincas registradas, disponibles para alquilar. La inscripción se hace por el dueño de la propiedad, en una fotos completa y detallada, que también se presentan de propiedades disponibles. La negociación de valores y las condiciones de la renta se hará con el dueño de la propiedad. Usted elige el tipo de propiedad y el nivel de comodidad que desea, sin sorpresas desagradables después de haber pagado el alquiler. La compañía ofrece seguridad en la negociación. Para que pueda disfrutar de sus vacaciones con la tranquilidad, alojándose en una propiedad de su elección y con un coste menor que el pagado por los hoteles y posadas.
ResponderEliminar